OBJETIVOS
• Impulsar la psicología de la Reproducción Humana Asistida como un área de especificidad dentro de nuestra disciplina, con un quehacer propio y una población determinada de intervención.
• Brindar un marco teórico introductorio sobe las técnicas de reproducción asistida vigentes en nuestro país.
• Introducir a profesionales en temáticas de vanguardia y actualidad.
• Sostener un espacio donde se pueda elaborar nuevas preguntas, constructos epistemológicos, teorizaciones y avances en la psicología en conjunto con los miembros de la subcomisión.
• Fomentar el uso de lenguaje y terminología específica.
• Difundir a través de otras instituciones y medios de comunicación contenidos para visibilizar estas temáticas, concientizar y prevenir en cuanto a la salud reproductiva y preservación de la fertilidad.
• Darle lugar a la transformación digital en salud mental con el fin de que lxs usuarixs accedan a información de calidad, oportuna y basada en la evidencia.
INTRODUCCIÓN
La decisión de tener un hijo supone una crisis vital, generando un impacto subjetivo para cada miembro de la pareja o persona que desea concebir.
Toda búsqueda genera expectativas que cuando no son cumplidas según el “ideal” puede despertar frustraciones, ansiedades, conflictos internos con nosotros mismos y hacia el otro. Estos conflictos suponen una “Herida Narcisista” que interpela, convoca al cambio, agujerea nuestra identidad y provocan una sensación de haber perdido la brújula. Cada intento de engendrar que no logra ser exitoso puede iniciar micro-duelos que cada sujeto atraviesa en silencio. En ocasiones, la presión social y de la familia extensa también puede influir negativamente sobre la salud mental en el camino hacia la concepción.
Según la ciencia, la infertilidad es la ausencia de embarazo en personas en edad reproductiva, luego de un año de mantener relaciones sexuales sin protección. Las causas muchas veces no se encuentran determinadas por un solo factor biológico, sino que está acompañado por factores psicológicos, culturales, sociales, ambientales y emocionales; sin embargo, en todos los casos, la dificultad para concebir es experimentada como altamente estresante para los protagonistas.
En este transitar que implica padecimiento y malestar resulta enriquecedor acudir a consulta psicológica especializada en el ámbito, con el fin de generar un espacio, de contención y acompañamiento. Dentro de un encuadre terapéutico se podrá profundizar en la historia de vida, identificar modelos parentales, miedos o temores inconscientes y revisar los modos de funcionamiento de la pareja, propiciando elecciones conscientes y saludables. A su vez, permitirá reflexionar sobre interrogantes como: ¿Deseo o mandato? ¿El deseo que nos habita es más fuerte que nuestro padecimiento?, ¿Si el “ideal” no se cumple como reponerse a la frustración? .
La psicología de la Reproducción Humana Asistida colaborará en el encuentro del sujeto con su deseo y en caso de que tenga que transitar procedimientos médicos, facilitará la toma de decisiones de manera informada y siendo conscientes que todo tratamiento tiene un impacto tanto en el cuerpo como en la psiquis.
Como profesionales de la salud mental, consideramos que transitar el camino de la concepción elaborando la historia singular previene la cronificación de los síntomas y el malestar.
Hablar de deseo implica hablar de acción y de anhelo por algo que se quiere obtener o alcanzar. Todas las personas están constituidas como sujetos deseantes y es lo que motiva el accionar. Sin embargo, cada deseo y cada modalidad de desear es completamente personal.
El deseo surge a partir de muchas variables, entre las que se puede mencionar la historia de vida, la autopercepción, las expectativas propias y la de los demás, las ideas que se tienen sobre el concepto de “felicidad”; y los proyectos de vida planificados.
Se comprende que el acto de desear es un proceso dinámico, una acción de construcción continúa. Por esto, la respuesta a la pregunta “¿qué deseo?” nunca es simple, siempre conlleva una complejidad en la que se pone en juego toda la personalidad, a veces con contradicciones y con incertidumbre.
En el campo de la Reproducción Asistida Humana, muchos aspectos del desear se conjugan en todos los momentos del proceso. ¿Qué se desea? ¿La gestación? ¿Maternar o paternar? ¿Alcanzar un ideal de feminidad o de familia? ¿Conformar una familia con hijos/as? ¿Obtener aprobación social? Como mencionábamos antes, no hay una respuesta única y acabada, las motivaciones y los deseos muchas veces pueden ser inconscientes. Cuestionar y reflexionar sobre el deseo, evitando los prejuicios, intentando ponerlo en palabras y luego en acciones, es una importante herramienta de orientación en el marco de un tratamiento psicológico especializado.
Es posible que los primeros interrogantes que las personas que presentan dificultades reproductivas, se hagan a sí mismas, recaigan sobre su cuerpo y funcionamiento ¿Por qué no puedo conseguir un embarazo? ¿Por qué no puedo alojar un bebé? ¿Por qué mi material genético no es apto?; esto puede
percibirse como estar “fallado” a nivel corporal. Por otro lado, aparecen a nivel psicológico
cuestionamientos que recaen en otras facetas de la vida, como en su rol como mujer/hombre, percepción de autoeficacia y productividad, desempeño profesional, laboral, social, de pareja e individual.
En situaciones vitales estresantes como afrontar tratamientos de reproducción asistida, las creencias sobre la propia valía pueden verse significativamente afectadas y la percepción del sí mismo, alterada. El conflicto interno puede generalizarse a otras dimensiones de la vida del sujeto, ocasionando una distorsión global del sí mismo, al no diferenciar la dificultad reproductiva de otras habilidades personales.
En todo este contexto, se observa que la exposición a tratamientos medicamente asistidos irrumpe en el cuerpo, plantea necesidad de definir decisiones para tomar, genera ansiedad ante los tiempos de espera, marca diferencias a nivel de la pareja por contar con recursos diferentes o pensamientos distintos sobre la situación, predispone a conflictos interpersonales por sentirse incomprendidos o juzgados, demanda una reacomodación de las expectativas internas, de los mandatos sociales y de los prejuicios frente a los modelos tradicionales de familia, invita a la reelaboración de la historia infantil- personal y de los conflictos reprimidos. Esta movilización interna repercute en la autoestima del sujeto y lo motiva a apelar a nuevos recursos internos y externos.
En la casuística percibimos que los consultantes se sienten aliviados cuando logran diferenciar las dificultades reproductivas o el tener que recurrir a los tratamientos de fertilidad por alguna cuestión, de las otras áreas de la vida, y pueden de esta manera, aferrarse a otros proyectos personales, visualizarse en otras dimensiones de manera positiva y ser productivos en otras áreas significativas de su vida. Esto a su vez disminuye el estrés, la angustia y la ansiedad e incrementa los recursos de afrontamiento, la adherencia a los procedimientos para evitar su abandono y protegen la salud mental. Al resignificar la visión del sí mismo mejora el contacto con los demás, el cuidado de los vínculos interpersonales y disminuye la cronicidad de los síntomas que suelen aparecer a lo largo del proceso.
En el consultorio virtual y presencial, visualizamos resultados favorables cuando los protagonistas se animan a presenciar encuentros de contención grupal cuyos integrantes están viviendo situaciones afines. La participación en estos espacios facilita la identificación entre los miembros y muchas veces produce alivio al saber que otras personas están pasando la misma situación. Poder dialogar e intercambiar experiencias tiende a disminuir la ansiedad, a incrementar la empatía y a construir recursos alentadores para afrontar lo propio. Compartir las diversas vivencias podrá contribuir a poner en perspectiva el recorrido personal y a mejorar la tolerancia a la espera.
Como terapeutas, también hemos sido espectadores de los beneficios de las personas que lograron abrirse al diálogo, a la expresión de sus emociones más íntimas y al reconocimiento de lo complejo y angustiante que puede ser el proceso. Darse lugar a estar triste o desanimada/o sin juzgarse resulta positivo, como también lo es, validar los sentimientos y el estado de ánimo de la pareja.
El desafío de muchas personas para concretar el sueño de ser padres implica ponerse en manos de otros y para ello la confianza en los profesionales intervinientes es un aliado fundamental, buscando el cuidado y protección de la salud mental y evitando prácticas profesionales iatrogénicas. Cabe destacar que a partir de la pandemia se incrementó la necesidad de las personas contar con un espacio terapéutico, como todo comienzo se observaron ciertas resistencias a realizar entrevistas psicológicas de manera virtual pero fue cediendo con el tiempo y en la mayoría de los casos se pudo sostener el encuadre terapéutico y lograr efectos positivos.
Con respecto a la salud digital y la transformación digital que ya es un hecho, es importante como profesionales comprender que lo digital es una herramienta que aporta, que conecta, que genera acceso a la información evitando la vulneración d ellos derechos de las familias, pero que tiene particularidades,
tiene limitaciones y también supone cambios culturales importantes tanto para los profesionales de salud como para la población en general.
El desafío de la salud digital es un hecho, llegar a democratizar el acceso a la salud y contribuir en la salud mental específicamente. La pandemia de coronavirus explicitó la importancia de adoptar herramientas digitales la telemedicina, es la que permitió sostener la atención médica en los momentos de mayor aislamiento.
Cambiar completamente un sistema no es una tarea sencilla ni rápida. Pero comenzar ese proceso con una visión holística y de largo plazo en la que se puedan ir cumpliendo objetivos concretos, como señala un informe reciente del Banco Interamericano de Desarrollo titulado, justamente, “La gran oportunidad
de la salud digital en América Latina y el Caribe”. Considero que las acciones tienen que ser tanto en el sector privado como en el sector público y que sostengan a largo plazo, porque muchas ocasiones existe falta de tiempo, falta de movilidad o deseo de obtener la información de modo digital y es inminente contar con los requisitos para que lo digital se convierta en una valiosa herramienta para lxs ciudadanxs y usuarixs
La transformación digital, se aplique en el área que se aplique, debe buscar agregar valor a ese ecosistema y a sus usuarios siendo el objetivo central brindar a los ciudadanos más y mejor salud.
#Tusaludmentalimporta #cuidatusaludmental
Sobre la autora

Cecilia Taburet Licenciada en Psicología (2005) UBA. Diplomatura en Psicología de la Reproducción humana asistida (SAMER). Especialista en psicología perinatal y Psico profilaxis del parto.
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